Desde la perspectiva del Raja Yoga que enseña la escuela Brahma Kumaris,
donde la palabra “Raja” significa Rey y “Yoga”, unión o conexión, se comparte un cuerpo de conocimientos y sabiduría que junto con la práctica de la meditación, nos capacitan para volvernos Raja Yoguis, es decir, “reyes de nosotros mismos”.
“Rey de sí mismo” significa desarrollar la capacidad de verse como el protagonista de la propia realidad; como el creador del propio camino que transita, teniendo como meta mantener un estado interno estable, calmado y en total armonía con la realidad circundante.
La realidad externa está asociada con “lo que pasa” fuera de nosotros, sobre lo cual no tenemos control, sean éstas situaciones y circunstancias tanto deseables como no deseables; mientras que la realidad interna es lo que nosotros permitimos que ingrese en nuestro espacio interior, sobre lo cual sí podemos gestionar y “gobernar”.
El estudio y la práctica del Raja Yoga nos capacita para volvernos los gobernantes de nuestro espacio interno sagrado, independientemente de la “circunstancialidad” externa. Tiene que ver con la manera en cómo interpretamos, cómo decidimos y cómo respondemos delante de la realidad que se presenta delante de nosotros tal cual es, nos guste o no.
La propuesta del Raja Yoga como antídoto para la incertidumbre y la desesperanza, se basa en la posibilidad de desarrollar internamente, las “zonas seguras” del alma; la “zona fértil” del ser, sobre las cuales se construye un sentido de identidad auténtico y sostenible, en base a las virtudes y cualidades que nos caracterizan a cada uno de nosotros.
Cuando trabajamos sobre nuestra seguridad interior, las sombras de los miedos imaginarios se disipan.
Cuando despierto la esperanza en mí mismo, en la posibilidad que la vida me regala cada día de poder desarrollarme y lograr mi propio 100%, mis expectativas se recalculan, saliendo de la ruta no sostenible de esperar que las cosas cambien “allá afuera” para volver al verdadero camino de la plenitud del alma, en la cual mi único obstáculo es mi propio descuido y abandono. Sólo yo puedo cuidarme a mí mismo; nadie puede hacer esto por mí.
El eslogan de de Brahma Kumaris es: “Cuando yo cambio, el mundo cambia”.
En términos del Raja Yoga, el ser interior necesita nutrirse con sabiduría y conocimiento espiritual que le permitan abrir los ojos del alma a fin de tener la claridad y el discernimiento necesario según sean las circunstancias.
Lo importante suele estar siempre asociado al beneficio y a lo que es sostenible. El alma establece relaciones con sigo misma, con los demás y con el mundo físico circundante; incluyendo los recursos materiales y la naturaleza. Puedo preguntarme: ¿Es mi relación con estas dimensiones de la vida, beneficiosa y sostenible?.
Adoptar un estilo de vida que incluya la dimensión de la espiritualidad, le puede proveer al ser la claridad necesaria para equilibrar nuestra intervención en las diferentes áreas de la vida sin descuidar ninguna.
El significado de la palabra Yoga es Unión, conexión, vínculo.
Desde la filosofía del Raja Yoga y llevándolo al plano espiritual más elevado, la meditación es la unión (yoga) la conexión y relación que podemos establecer con la Fuente Suprema de Paz, Amor y Verdad (Dios), a partir
de lo cual se produce en quien medita, una recarga de energía y la activación de todos los recursos del alma.
A lo largo de esta relación, el alma recupera sus facultades originales, liberándose de todo aquello que la contaminó a lo largo de su viaje. La meditación regular es lo que sostiene el vínculo con la Fuente, con el Ser Supremo, permitiéndonos disfrutar de una relación que atiende todas las necesidades del alma.
El alma satisface su necesidad de paz interior, de amor incondicional y de sentirse alineada con lo verdadero.
A partir del Yoga o unión con el Ser Supremo, el alma comienza a recuperar su salud original liberándose de todo lo que la ha contaminado, como por ejemplo, la angustia, la tensión, la ansiedad, la preocupación, los miedos,
la irritabilidad, las dependencias y la soberbia, entre otros.
Mediante la unión con la Fuente, el espíritu recupera su libertad esencial.
De la misma manera que un actor despliega su papel en el escenario, el alma, es decir el protagonista de la propia vida, se expresa a través de su cuerpo realizando acciones en el “escenario de la vida”.
El alma en tanto “actor” que es, representa diversos roles, encarnando diferentes “personajes”: ser padre, ser madre, ser compañero de trabajo de…, ser vecino de…; etc, etc, son los roles que el alma desempeña.
Cuando el individuo se identifica y se aferra a los roles, corre el riesgo de volverse dependiente, siendo esto la causa raíz de la preocupación, la decepción y de varias formas de miedo.
El Raja Yoga enseña a identificarse con el actor que somos y no con el personaje que representamos.
Identificarse con el actor, es decir con el ser interior, activa un estado de consciencia espiritual elevado, mediante el cual podemos interactuar en todos los vínculos, estar en unidad con todos pero sin dependencias.
El Raja Yoga propone una mirada nueva de nuestra realidad que incluya de manera responsable la dimensión espiritual en nuestra vida.
No se trata de llevar una vida religiosa, sino de darle un lugar en nuestra agenda a las necesidades genuinas del alma.
Puedo pasarme la vida victimizándome de las cosas que me pasan, culpando a otros de mi pasado y presente; o bien puedo aceptar la realidad tal como es y volverme el protagonista proactivo de mi propia realidad.
Para esta pregunta puede aplicar la frase: “yo elijo ser parte del problema o parte de la solución”.
La meditación Raja Yoga nos enseña a comprender la personalidad de Dios y Su tarea como “Donador y Océano de Paz”.
Meditar significa, entre otras cosas, nutrirse de la paz del Ser Supremo de manera directa.